Cada propietario de una o varias máquinas de ajedrez puede tener distintas razones para ser usuario de las computadoras. Voy a intentar englobar los distintos motivos para que las máquinas de ajedrez dedicadas sean una de nuestras aficiones.
Lo primero que quiero resaltar es que aquí voy a obviar por razones prácticas que hay software para jugar al ajedrez, motores que podemos instalar en el móvil, en el ordenador personal o en la tablet. También voy a ignorar que hay plataformas para jugar online y que el ajedrez computerizado ya hace décadas que escapó del mundo físico de las máquinas dedicadas.
Vamos a hablar de computadoras de ajedrez sin entrar en todo ese mundo online o de motores informáticos que a día de hoy es cómo más se juega al ajedrez. Centrémonos en las máquinas, en esos cacharros con un tablero, botones y piezas, que tenemos que poner en una mesa enfrente de nosotros antes de hacer el primer movimiento de la partida.
JUGAR
Evidentemente esta sería la razón principal para tener una máquina de ajedrez: jugar contra ella. Es el rival que siempre está dispuesto a jugar, que nunca se enfada si pierde ni tampoco se pavonea si nos gana.
Para que nuestra máquina sea un buen adversario tiene que tener la posibilidad de elección de distintos niveles y también distintas opciones para configurarla. Eso ya depende de cómo queramos jugar contra ella y aquí no vamos a entrar en detalles. Las máquinas dedicadas se han creado para jugar al ajedrez así que no nos olvidemos de este importante punto de partida.
APRENDER Y MEJORAR NUESTRO JUEGO
Sería un paso más avanzado al simple juego del punto anterior porque no solo queramos divertirnos jugando una partida contra nuestra máquina sino también aprender y mejorar nuestros conocimientos sobre el ajedrez.
Es lógico que jugar contra un rival electrónico nos puede servir para mejorar en todas las fases de la partida (apertura, medio juego, final) y en ser mejores táctica y estratégicamente por el hecho de practicar. Al igual que un deportista entrena sus músculos en un gimnasio, debemos entrenar nuestro juego y es ideal hacerlo contra nuestra máquina que siempre está dispuesta a seguir jugando.
Aquí quiero hacer un inciso, será contraproducente para nuestro aprendizaje una computadora a la que siempre ganamos o una que siempre nos gana. Hay que buscar un rival similar a nosotros en fuerza de juego o que tenga suficientes opciones de configuración para ajustarla a nuestro nivel.
ESTUDIAR
Un tercer paso todavía más avanzado en el uso de nuestra computadora es su utilización para el análisis de posiciones y partidas. Si somos un jugador de club o simplemente un estudioso del ajedrez, nuestra máquina nos puede servir para analizar posiciones y ver cuál sería su respuesta utilizando para ello su nivel de análisis o de tiempo infinito. La capacidad de cálculo de las máquinas de ajedrez es una útil herramienta para el estudio de posiciones, de problemas de mate y de jugadas que hicimos en partidas que queremos comprobar si fueron buenas o malas.
REALIZAR TORNEOS ENTRE MÁQUINAS
Puede que no solamente queramos jugar contra la computadora de ajedrez como diversión, mejorar nuestro juego o usar su capacidad de cálculo para analizar posiciones, sino que además nos interesa el mundo de las computadoras de ajedrez tanto como para querer enfrentarlas entre ellas. Tiene sentido ya que en la historia del ajedrez computerizado siempre se ha hecho y se seguirá haciendo: enfrentar máquinas para ver quién gana es algo recurrente entre los aficionados.
Las partidas entre dos computadoras de ajedrez o los torneos con varios participantes, pueden ser un aliciente para ver cómo se desempeñan en los enfrentamientos contra otras máquinas, ajustar sus valores ELO o simplemente disfrutar viendo sus partidas. Muchos de los usuarios de computadoras de ajedrez tenemos este enfrentamiento entre computadoras como una parte importante de nuestra afición.
COLECCIONAR
Todo es empezar. Se compra la primera máquina y si uno se deja llevar acaba con una colección de varias decenas.
El coleccionismo de cualquier cosa es algo muy común en la actualidad y no tenía que ser ajeno al mundo de las computadoras de ajedrez. Podemos tener una máquina porque le cogimos cariño ya que fue nuestro primer rival electrónico, otra que nos gusta por un determinado aspecto de sus opciones de juego, otras porque queremos una de cada programador, otra porque sus componentes son de mejor calidad, otra porque es más bonita, otra porque es una curiosidad, otra porque…Hay miles de excusas para que nuestra colección vaya ampliándose.
No es criticable el coleccionismo, cada uno hace con su dinero (y con el espacio disponible en su casa) lo que quiere; además esta web se hace eco del coleccionismo ya que tiene una sección donde podemos registrar nuestra colección.
Solamente es recomendable apuntar que sería mejor no dejarse llevar por el sinsentido de acumular por acumular. No es muy saludable comprar computadoras por comprar, sin jugar con ellas, solamente por el afán del completista para que esa impresionante o modesta colección acabe encerrada en un armario por falta de uso.
Tal vez un coleccionista disfruta por el simple hecho de tener sus máquinas, porque son bonitas o porque lo único que se plantea es que quiere tener la mayor cantidad de objetos de su afición; pero lo cierto es que viéndolo desde fuera, las computadoras de ajedrez son para jugar al ajedrez y si no lo hacemos, si solamente las acaparamos y las tenemos como objetos de colección sin más, estamos desviándonos de su principal utilidad: jugar al ajedrez. Todos deberíamos reflexionar sobre esto del coleccionismo y después hacer lo que nos dé la real gana, claro que sí.
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En resumen, jugar, mejorar nuestro juego, estudiar la ciencia del ajedrez, hacer torneos y coleccionar. Estas son las razones, los vicios, los motivos, las excusas, los objetivos o como queráis llamarlo, para que hayamos comprado esos prodigios electrónicos que están esperando que le demos al botón de encendido para echarnos una buena partida. Os dejo este artículo ya acabado y voy corriendo a jugar con una de mis computadoras.